miércoles, 18 de noviembre de 2015

Lamia la vampira griega

En todas las mitologías y leyendas a lo largo y ancho de la tierra existen figuras que poco
a poco han ido dando origen a lo que actualmente se conoce como vampiros. Estas
figuras tenían un factor común, la supervivencia a través de la sangre. También es
frecuente encontrar figuras legendarias, asociadas a pueblos y culturas antiguas, que
hablaban de mujeres vampiro.
Seres seductores y mortíferos capaces de sembrar el miedo y el caos entre los hombres.
Este último caso es el de Lamia un personaje femenino de la mitología griega cuya
historia podría resumir la creación de una primera mujer vampiro (como pasaría con
otras figuras como la de Empusa).
El mito griego sitúa a Lamia como reina de Libia. Una joven atractiva, hija de Poseidón y
Libia, llena de encanto y belleza ante la cual Zeus quedó completamente hipnotizado. Un
día Hera descubrió el amor que su Dios le profería a la joven, lo cual hizo que se enfadara
de manera desorbitada y quisiera vengarse de la hermosa reina. El castigo que la Diosa
tenía preparado para Lamia fue desproporcionadamente cruel, tomó a los hijos de esta y
los mató cruelmente (menos a Escila) delante de la misma para que pudiera ver su agonía
y sufrimiento.

A partir de este momento la historia varía un poco. Hay quien dice que no contenta con
eso Hera decidió convertirla en un monstruo, mientras muchos otros aseguran que fue la
enorme tristeza que sintió ante la muerte de sus hijos la que la terminó transformando enese ser con cuerpo de serpiente y pechos de mujer. Sea como fuere, lo cierto es que Hera
maldijo a la ya destrozada Lamia a no poder cerrar los ojos nunca más, de esta forma
siempre podría ver la imagen marcada a fuego de sus hijos agonizando ante la muerte.
Por otro lado, el amor que Zeus sentía por la joven lo condujo a regalarle el don de poder
arrancarse los ojos y así descansar de sus visiones y luego volvérselos a poner. Aún así, el
dolor de Lamia no era mitigado con estos descansos, poco a poco comenzó a tener
envidia de todas las madres que podían disfrutar de sus hijos vivos. Esta rabia interna fue
la que la condujo a matar a esos niños y beber su sangre. Si bien es cierto que al principio
lo hacía seguramente conducida por el dolor y la rabia, posteriormente disfrutaría con
este acto acostumbrándose a sobrevivir gracias a la sangre de dichos niños.

En su Diccionario, Lempriere opina que Lamia es el modelo para los lamiae —pequeños monstruos africanos cuyos siseos son agradables pero que mataban a los niños— y que éstos son actualmente llamados lémures.

En tiempos históricos las madres solían amenazar a sus hijos traviesos con esta historia. John Keats escribió sobre Lamia en Lamia y otros poemas, que estaba basado en Anatomía de la melancolía de Robert Burton.

Mitología Vasca

En la mitología vasca, las lamias son genios mitológicos a menudo descritos con pies de ave, cola de pescado o garras de algún tipo de ave. Casi siempre femeninos, de una extraordinaria belleza, moran en los ríos y las fuentes, donde acostumbran peinar sus largas cabelleras con codiciados peines de oro. Suelen ser amables y la única forma de enfurecerlas es robarles sus peines. Se dice también en los distintos pueblos que ellas han ayudado a los hombres en la construcción de dólmenes,cromlech y puentes.

A veces se enamoran de los mortales, pero no pueden casarse con ellos, pues no pueden pisar tierra consagrada. En ocasiones tenían hijos con ellos. En otras leyendas son mitad humanos y mitad peces. Otras dicen que no son más que la diosa Mari.

Cuenta una leyenda que una vez una mujer le robó el peine de oro a una lamia y ésta, enfurecida, la trató de maldecir, pero no lo logró puesto que sonó la campana de la iglesia y eso la salvó.

Folclore Búlgaro

En los cuentos e historias populares búlgaras, la lamia es una misteriosa criatura con varias cabezas, que puede hacer crecer una y otra vez si se le cortan. Se alimenta de la sangre de la gente o, más frecuentemente, matando mujeres jóvenes. Este monstruo atormenta a menudo los pueblos y puede ser encontrado en cuevas o en el subsuelo. En algunas historias tiene alas, en otras su respiración es de fuego. La lamia no tiene género pero suele ser considerada femenina.

De esta manera, tal vez, este ser mítico pueda ser considerado, como el origen de lo que hoy conocemos, como la vampira moderna.

martes, 10 de noviembre de 2015

Sísifo el que engaño a la muerte


Muchas personas han, soñado con engañar a la muerte para asi vivir eternante, pero Pocas personas, la han logrado burlar, pero ninguna como la leyenda del hombre más astuto de la mitología griega que fue capaz de engañar a los mismos dioses.
Sísifo, astuto rey de Corinto, vio de cerca el rapto de la ninfa Egina. Pero guardó el secreto, hasta que llegara la ocasión de sacarle provecho. 
Esperó que el río Asopo, padre de la joven pasara por sus tierras en busca de su hija. Y primero le exigió que hiciese brotar una fuente cristalina en la ciudadela de su reino. Luego le contó que el raptor de Egina era Zeus. 
El señor del Olimpo, irritado por la delación, llamo a Tánatos (la muerte) y le mandó a arrojar a los infiernos al rey de Corinto. 
Figura siniestra, envuelta en negros ropajes habitante del Hades, hermano del Sueño, Tánatos llegó súbitamente a las tierras de Sísifo. 
La tétrica presencia no atemorizo al astuto soberano. Con mucha maña y mucho arte, Sísifo engaño al dios de la muerte. Lo invito amablemente a entrar por una puerta y, cuando Tánatos se dio cuenta de lo que había pasado, se encontró aprisionado en un calabozo. Por largo tiempo nadie murió en el mundo. 
Hades estaba triste y alarmado. Los campos del mundo Inferior no se enriquecían con nuevas almas. La barca de Caronte yacía varada en un rincón, sin utilidad ni función. Era preciso restituir al mundo su orden natural. El dios de los muertos recurrió a su hermano Zeus. 
Sabiendo que Sísifo tenía preso a Tánatos, el padre de los dioses envió a Ares para obligar al primero a libertar a su terrible cautivo. Y la primera víctima de la muerte habría de ser el propio delator de Zeus. Al  rey de Corinto no le quedó  más que obedecer. 
Se preparó, pues, para seguir a Tánatos a los infiernos; antes sin embargo, pidió un momento para despedirse de su esposa. En ese instante en su despedida, le recomendó vivamente, casi le ordeno que no lo enterrase ni le hiciese funerales. Y aunque sin comprender las razones del marido, la mujer obedeció. 
En el centro de la tierra, Sísifo se lamentaba día y noche. Se quejaba de no haber tenido honras fúnebres. De que la esposa ingrata no lo hubiera sepultado. Necesitaba volver a la superficie de la tierra para castigarla por tamaña negligencia. 
Tanto se lamentó y tanto pidió, que Hades acabó compadeciéndose de él y le permitió retornar al mundo por un corto tiempo. 
Apenas dejó el Hades, el astuto Sísifo tomó rumbos lejanos y la firme resolución de no volver a ver nunca las sombras infernales. 
Sin embargo, un día muchos años después, le faltaron las fuerzas para seguir viviendo. Estaba demasiado viejo. Ya no tenía energías para engañar a la Muerte. Y fue nuevamente arrastrado a los subterráneos del mundo. 
Plutón que jamás había olvidado la fuga de Sísifo, al recibirlo por segunda vez tomó todas las precauciones para mantenerlo en su dominio. Le impuso una tarea que no le permitiese ni un minuto de descanso e impidiera cualquier evasión: empujar montaña arriba una enorme piedra, que siempre se le escapa de las manos al llegar cerca de la cima. Y así,  perpetuamente, el condenado que osara engañar a la Muerte desciende por la ladera para retomar la piedra y recomienza su tarea sin fin y sin objetivo. 

  

viernes, 6 de noviembre de 2015

Inframundo mexica


El mictlan, para nuestro mexico prehispanico, era un lugar donde comenzaba y terminaba la vida una dualidad muy común por las culturas ancestrales, en donde se veneraba con respeto, pues para comenzar la vida tenían que morir. De ahí tanta adoración a la muerte, fuera de eso nuestra cultura es muy rica en creencias aquí un fragmento de la explicación de la vida desde el mictlan proveniente del libro "Los Antiguos Mexicanos”, libro de Miguel León Portilla.


“Y luego fue Quetzalocoatl al Mictlán, se acercó a Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl y en seguida les dijo: vengo en busca de los huesos preciosos que tú guardas, vengo a tomarlos  y le dijo Mictlantecuhtli:


-“Que harás con ellos, Quetzalcoatl?


y una vez más dijo (Quetzalcoatl)


-Los dioses se preocupan porque alguien viva en la tierra.


 Y respondió Mictlantecuhtli:


-Está bien, haz sonar mi caracol y da vuelta cuatro veces alrededor de mi círculo precioso”.


Pero cuando Quetzalcoatl recogió los huesos y se alejó,  tropezó cayendo al suelo, donde se esparcieron los huesos. Cuando finalmente logró salir, los bañó con su sangre, a la vez que los dioses hicieron penitencia, logrando así el nacimiento de los humanos. A lo largo de la concepción azteca se repite el concepto dual de la creación y existencia, pues de los huesos de los muertos, nació la vida, pero a su muerte es allí, al círculo precioso, a donde deben regresar. Al librar todas las batallas, los señores de la muerte liberaban a los muertos de su “tonalli”, el alma, logrando así el descanso anhelado; recibían una grata compensación.  Al caer la tarde, Tonatiuh bajaba a iluminar el Mictlán y todo era paz y calma.





Mictlan o Mitlán, era el nivel inferior de la tierra de los muertos, y se encontraba muy al norte. Los guerreros que morían en el campo de batalla y las mujeres que morían en el parto no iban al Mictlan después de la muerte, estos iban al Ilhuicatl Tonatiuh(Camino del Sol); los "muertos por agua" (ahogados, tocados por un rayo o de hidropesía) iban al Tlalocan y los pequeños muertos antes de nacer regresaban al Chichihuacauhco (Lugar del árbol amamantador).
Para llegar al descanso eterno, se tenia que hacer un duro viaje desde la Tierra a Mictlan, pero les ayuda el guardián del más allá Xólotl (Perro gigante). El Mictlan estaba formado de 9 lugares, 8 tenían retos para los muertos y en el 9 -el más profundo- podían alcanzar el descanso eterno.

Las nueve dimensiones del Mictlan eran:

1.- Apanohuaia o Itzcuintlan: Aquí había un río caudaloso, la única manera de cruzarlo era con ayuda de Xólotl. Si en vida no se había tratado bien a algún perro, el muerto se quedaba en esta dimensión por la eternidad.
2.- Tepectli Monamictlan: Lugar donde los cerros chocan entre si.
3.- Iztepetl: Cerro de navajas, este lugar se encontraba erizado de pedernales.
4.- Izteecayan: Lugar en el que sopla el viento de navajas, este era un sitio con una sierra compuesta de ocho colinas y nevaba copiosamente.
5.- Paniecatacoyan: Lugar donde los cuerpos flotan como banderas; este lugar estaba al pie de la última colina del Izteecayan y ahí empezaba una zona desértica muy fría, compuesta de ocho páramos que había que recorrer.
6.- Timiminaloayan: El lugar donde flechan, aquí se decía era un sendero en cuyos lados manos invisibles enviaban puntiagudas saetas hasta acribillar a los pasantes.
7.- Teocoyocualloa: Lugar donde las fieras se alimentan de los corazones. En este pasaje, una fiera salvaje abría el pecho del difunto para comerle el corazón, ya que sin este órgano, la persona caía en un charco donde era ferozmente perseguida por un caimán.
8.- Izmictlan Apochcalolca: El camino de niebla que enceguece, en este lugar; se tenían que vadear nueve ríos antes de llegar al sitio donde le esperaba su descanso mortal.
9.- Chicunamictlan: Aquí las almas encontraban el descanso anhelado. Era el más profundo de los lugares de los señores de la muerte.
Después de pasar todos estos obstáculos, se llega a la liberación de su tonalli (alma). El viaje póstumo dura cuatro años.

El rey de Mictlan era Mictlantecuhtli, y la reina era Mictecacíhuatl. Entre los demás dioses de Mictlan se encuentran , Acolmiztli, Chalmecacíhualt, Chalmecatl y Acolnahuácatl.


Mictecacihuatl, en náhuatl "Señora de la muerte", tenìa como propósito vigilar los huesos de los muertos. Ella presidía los festivales Aztecas hechos en honor de los muertos (que evolucionaron con la incorporación del cristianismo hasta el Día de Muertos contemporáneo), es conocida como la "Dama de la Muerte", ya que se cree que murió al nacer. 


                                            
Mictlantecuhtli también era llamado Popocatzin, del "popo" humo, por lo tanto era el dios de las sombras. Juntamente con su esposa Mictecacíhuatl, regía el mundo subterráneo o reino de Mictlán. Ejercía su soberanía sobre los "nueve ríos subterráneos" y sobre las almas de los muertos. Se le representa como el esqueleto de un humano con una calavera con muchos dientes. Asociado con las arañas, los murciélagos y los búhos, al ser dibujado se representaba con cabello negro y con ojos estelares o estrellas.

Xólotl era también el dios de fuego y de la mala suerte. Era gemelo de Quetzalcóatl, y la personificación maligna de Venus. Protege al Sol cuando viaja a través del inframundo durante la noche. También llevo adelante al género humano y le entregó el fuego de la sabiduría. En el arte, Xólotl fue representado como un esqueleto, un hombre con cabeza de perro.


El nombre xoloitzcuintle (náhuatl: xólotl-itzcuintli, Perro de Xólotl, Perro monstruoso) hace la referencia a Xólotl porque, históricamente, una de las misiones de este perro debía acompañar a los muertos en su viaje en la eternidad, del mismo modo en que el dios era acompañante del viaje del Sol por el inframundo. A pesar de este lugar prominente en la mitología, la carne del Xoloitzcuintle era gran parte de la dieta de algunos pueblos de Mesoamérica. 


martes, 27 de octubre de 2015

El tribunal del inframundo

El Hades (o Inframundo) de la mitología griega era un reino en el sentido estricto del
término. En éste había reyes, un palacio, leyes, tribunal, siervos, etc. Una suerte de plaza
que limitaba, por un lado, con el Tártaro, lugar en donde las almas de los delincuentes e
infractores estaban condenadas a sufrir, y por otro, con los Campos Elíseos, donde las
buenas almas disfrutaban de la felicidad.
Las almas de los muertos eran transportadas por Tánatos (dios de la muerte), por su
hermano Hipnos (dios del sueño), o por Hermes (mensajero de los dioses), descendiendo
al Inframundo por las gargantas del río Estige, el cual desembocaba en el Aqueronte, río
infernal que rodea el palacio de Hades. Las almas lo cruzaban en la barca de Caronte, y
entraban al palacio por una puerta que vigilaba un gran perro de tres cabezas llamado
Cerbero.
En el palacio se encontraba el tribunal compuesto por tres jueces, que enviaban a las
almas por tres senderos según sus actos. El primer sendero se llegaba a la llanura de
Asfódelo, donde se quedaban los mediocres. El otro dirigía a los Campos Elíseos, donde
iban los afortunados, y el último, al Tártaro, lo más parecido a nuestra concepción
cristiana de Infierno.
El tribunal administraba la justicia y juzgaba a los muertos.

Los tres jueces eran:
– Minos: Hijo de Zeus y Europa, y rey de Creta, cuyo nombre era sinónimo de severidad a
la hora de hacer cumplir las leyes. Su prudencia, sabiduría y equidad hicieron que una vez
muerto mereciera las funciones de juez soberano de los infiernos. Se dice que se retiró
durante 10 años a una cueva donde su padre Zeus le dictaba las leyes. Tenía un cetro en
la mano y agitaba la urna fatal donde estaba encerrada la suerte de las almas.
– Eaco: Rey de Egina que se caracterizó por haber sido el más hábil y equitativo
gobernante de su tiempo. Cuando una peste asoló a sus dominios, obtuvo de Zeus el
favor de que las hormigas se convirtieran en hombres, y éstos, sus nuevos súbditos,
fueron llamados por él Mirmidones. Debido a sus propios méritos llegó a ser otro de los
jueces del tribunal.
– Radamante: También hijo de Zeus y Europa, y, por lo tanto hermano de Minos.
Habiendo reñido con éste, se retiró a Licia. Su espíritu dado a la equidad tuvo tal
magnitud y trascendencia que, cuando los hombres de muchos reinos querían expresar
una sentencia justa, aunque fuera severa, la llamaban Juicio de Radamanto.
Estos tres jueces fueron elegidos porque en vida habían gozado de una gran reputación,
por ser honestos, generosos y justicieros.

lunes, 26 de octubre de 2015

Los gigantes

Los Gigantes de la mitología griega eran personajes caracterizados por su monumental estatura y su fuerza excepcional. Así pues, los Gigantes solían ser descritos por los mitografos como gigantescos seres humanoides con serpientes en vez de piernas. Convendría, además, distinguir entre ellos a los Gigantes de la mitología primordial, los hijos de Gea o la Tierra de los concebidos posteriormente. 

Los primeros gigantes, según la célebre rapsoda Homero, los Gigantes eran una raza de hombres de grandes dimensiones. Eran una raza salvaje, gobernados por Eurimedonte, quien moraba en el lejano oeste en la isla de Trinacia (aquella isla donde el dios sol Helios guardaba su ganado, a menudo identificado con Sicilia). Sin embargo, fueron exterminados por su propio soberano debido a su insolencia hacia los dioses. Homero consideraba a estas criaturas, como a los feacios, cíclopes y lestriones, una de las razas autóctonas que, con la excepcion de los feacios, fueron destruidas por los dioses debido a su autoritaria insolencia. Pero ni él ni Hesíodo sabían nada sobre la lucha de los dioses con los Gigantes.

Hesíodo consideraba a los Gigantes seres divinos que surgieron de la sangre que Urano derramó sobre la Tierra, siendo Gea su madre. Para ser más precisos, nacieron con sus hermanos y hermanas, las Erinias y las Melíades, cuando Cronos castró a su padre Urano, cayendo la sangre de éste último sobre Gea. 

Poetas y mitógrafos posteriores los confundían muy frecuentemente con los Titantes. Se decía que Gea, indignada por el destino de sus anteriores hijos, los Titanes, engendró sola a los Gigantes, seres monstruosos e inconquistables con temibles rostros y colas de dragón. El propio Higino, subrayando el papel terrorífico de esta raza los consideraba hijos de Gea y Tártaro.

Según algunas fuentes nacieron en Flegera, literalmente "campo de llamas", en Sicilia, Campania o Arcadia. Según otros, Flegra era el mítico nombre de la península tracia de Palene. Tanto Homero como escritores más tardíos situaban a los Gigantes en zonas volcánicas, y la mayoría de expertos lo hacían en áreas de Europa occidental, un sitio remoto para los antiguos. El origen de la historia de los Gigantes debe, pues, buscarse en fenómenos físicos similares de la naturaleza, especialmente en los volcánicos, de los que surgieron también las historias de los Cíclopes.

Los primeros gigantes fueron los siguientes:

  • Agrio ("salvaje): las Moiras lo golpearon con mazas de bronce hasta matarlo.
  • Alcioneo ("burro poderoso"): era inmortal mientras luchase en su tierra de origen. Fue muerto por Heracles, quien lo arrastró fuera de Palene, su lugar de nacimiento, al dispararle una flecha.
  • Alpo: muerto por Dionisos.
  • Clitio ("oír", "fama", "gloria"): muerto por Hécate mediante antorchas.
  • Ctonio ("de la tierra"): Hera lo convenció para luchar contra Dionisos, prometiéndole a cambio a la diosa del amor y la belleza, Afrodita.
  • Damasén ("domador"): criado por Eris, mató una vez a una serpiente que fue devuelta a la vida por otra serpiente, su compañera, con la ayuda de una hierba curativa.
  • Efialtes ("el que salta sobre"): se rebeló contra los dioses. Apolo le disparó en el ojo izquierdo y Heracles en el derecho.
  • Encélado ("exhortación"): moraba bajo el Etna, cuyos estruendos eran provocados por sus revolcones. Atenea lo arrojó encima de la isla de Sicilia. Según otros fue muerto por Sileno.
  • Éurito ("que fluye completo"): fue muerto por Dionisos con su tirso.
  • Gratión: fue muerto por Artemisa.
  • Hipólito ("que libera los caballos"): lo mató Hermes llevando el casco de Hades.
  • Mimas: fue muerto por Hefesto con proyectiles de metal al rojo vivo; según otros, en cambio, fue muerto por Ares.
  • Palas ("landiendo [armas]"): lo mató Atenea, quien lo despellejó y usó su piel como escudo para su propio cuerpo.
  • Peloro ("monstruoso", "enorme"): Hera lo convenció para luchar contra Dionisos.
  • Polibotes ("mucho alimento"): fue muerto por Poseidón, que rompió un trozo de la isla de Cos y lo arrojó sobre él.
  • Porfirión ("empujar", "levantarse", "brotar"): se dice de él que rasgó la túnica de Hera con la intención de violarla, y que ésta le había prometido a Hebe por esposa si luchaba contra Dionisos. Zeus lo hirió con un rayo y Heracles lo remató con una flecha.
  • Tifón ("humo"): hijo del primero Tifón, igual a él en todo, que luchó contra Dionisos.
  • Toante ("rápido"): fue golpeado hasta la muerte por las Moiras con mazas de bronce.

La gigantomaquia

Los primeros Gigantes intervenían poco en la mitología que se conoce hoy en día. Aparecían esencialmente en el episodio de la Guerra contra los Gigantes o Gigantomaquia, en la que se enfrentaron a los dioses del monte Olimpo. Intentaron llegar a ellos apilando las dos cadenas montañosas de Tesalia, Pelión y Osa, una sobre la otra. Pero fueron derrotados por las divinidades que regian el mundo después del derrocamiento de los Titanes, siendo Zeus el nuevo soberano de las deidades. Esta batalla parece ser sólo una imitación de la revuelta de los dioses helenos contra los Titanes.

Mientras que los Gigantes de la primera generación constituían un conjunto coherente sobre el que las diversas fuentes se ponían de acuerdo, los que aparecieron en tiempos posteriores formaban un mosaico dispar, siendo considerados Gigantes según el autor.

Su apariencia no era ya necesariamente monstruosa, y sólo tenían en común con los más antiguos su enorme tamaño y fuerza:

  • Agrio ("salvaje") y Orio ("montañés"). Eran hijos de Polifonte y un oso, del que le hizo enamorarse Afrodita por desdeñarla en favor de Artemisa. Ambos eran poderosos gigantes que no honraban a los dioses y devoraban hombres. Más tarde serían transformados en pájaros por Hermes.
  • Los Alóadas eran dos hermanos gemelos llamados Oto ("búho orejudo") y Efialtes ("el que salta"). Eran hijos de Poseidón, dios de los mares, e Ifimedea, que pretendían derribar el cielo con sus propias manos y derrocar al padre de los dioses, Zeus. Crecían cada año un codo de anchura y una braza de altura. Cuando llegaron a los nueve años de edad decidieron luchar contra las deidades, por lo que apilaron el monte Ossa sobre el Olimpo y el Pelión sobre el Ossa, amenazando así con subir hasta los cielos. También se decía que llenando el mar con las montañas lo convertirían en tierra seca, convirtiendo el mar en la tierra. Como eran inmortales y el oráculo había profetizado que no morirían en manos de hombres ni dioses, se mataron entre ellos por accidente.
  • Según los milesios Anax, hijo de Urano y Gea, gobernó el país, que entonces era conocido como Anatoria en su honor. Su hijo Asterio, gigante como él, le sucedió en el trono. pero el cretense Mileto, hijo de Apolo, conquistó el país, cambiando así el nombre por el suyo. 
  • Antífates era hijo de Poseidón y Gea, rey de la tribu de los Lestrigones, unos gigantes antropófagos que encontró Odiseo en sus viajes.
  • Anteo, hijo de Poseidón y Gea, vivía en Irasa, en los desiertos de Libia. Desafiaba y asesinaba a todo aquel que se atrevía a adentrarse en sus dominios, pues había hecho voto de construirle un templo a su padre con cráneos humanos. Siempre vencía en sus peleas, ya que en cuanto caía a tierra o la tocaba su madre le daba fuerzas de nuevo. Retó pues a Heracles, quien lo derribó tres veces, pero en vano: Heracles advirtió lo que pasaba y, levantándole en vilo para impedirle recibir el aliento de su madre, lo asfixió.
  • Argos Panoptes ("brillante", "todos los ojos") era un gigante célebre porque tenía cien ojos. Era un guardián muy efectivo, pues sólo algunos de sus ojos dormían en cada momento, habiendo siempre muchos otros aún despiertos. Era el fiel sirviente de Hera y su gran servicio al panteón olímpico fue matar al monstruo ctónico con cola de serpiente, Equidna, cuando ésta dormía en su cueva.
  • Caco ("malo", "malvado"): hijo de Hefesto, dios de la forja y la industria, era un gigante mitad hombre y mitad sátiro que vomitaba torbellinos de llamas y humo. Vivía en una cueva del monteAventino en cuya puerta siempre colgaba las cabezas de los humanos que devoraba. Robó algunos de los bueyes de Gerión a Heracles mientras dormía, por lo que éste último lo mató.
  • Crisaor ("espada dorada"), engendrado por Medusa cuando fue violada por Poseidón en un templo de Atenea, por lo que ésta la transformó en una Gorgona. Así, Crisaor no nació hasta que Perseo decapitó a su madre. Fue padre con Calírroe de Gerión.
  • Dámiso, el más rápido de los gigantes, murió en la guerra contra los dioses. Quirón exhumó su cuerpo y extrajo el astrágalo de su pie, implantándolo en el talón de Aquiles.
  • Eurimedonte era el antiguo rey de los gigantes y padre de Peribea.
  • Gerión era un monstruoso gigante alado hijo de Crisaor y Calírroe, formado por tres cuerpos humanos completos unidos por la cintura. Era invencible en la batalla y dueño de una gran sabiduría. Uno de los doce trabajos de Heracles fue robar el espléndido ganado de Gerión, tras cual el héroe mataría al dueño cuando éste lo buscaba para vengarse.
  • Hilo, era un gigante de Lidia (Anatolia) e hijo de Gea, del que se creía que derivaba el nombre del río Hilo. Aparentemente los griegos le identificaban con Gerión.
  • Hopladamo fue reclutado por Rea cuando estaba embarazada de Zeus, para protegerla de Cronos.
  • Orión era un hermoso gigante que podía caminar sobre el agua. Lo mató Gea enviándole un escorpión por amenazar con acabar con todas las bestias de la tierra con su destreza en la caza. En otras versiones se defendía que fue Apolo quien lo mató por atreverse a amar a su hermana gemela Artemisa, diosa de la caza.
  • Talos era un gigante de bronce que patrullaba la isla de Creta para protegerla de los piratas. Lo mató la bruja Medea cuando los Argonautas intentaban desembarcar en la isla.
  • Ticio era un lujurioso gigante que intentó violar a Leto. Fue derrotado por Apolo y Artemisa y encadenado en el Tártaro, donde dos buitres comían eternamente su hígado.
  • Turios, un gigante que luchó con Heracles.

domingo, 25 de octubre de 2015

Tártaro




El Tártaro, es la región más profunda de la Tierra, creada a partir del Caos junto con las
otras entidades elementales que dieron lugar al nacimiento del mundo.
Hesíodo decía que su abismo era tal que si un yunque de bronce fuera arrojado desde el
cielo tardaría nueve días y nueve noches en llegar a la tierra, y otros tantos en llegar de la
tierra al Tártaro. O lo que es lo mismo, que la distancia entre el cielo y la tierra era la
misma que entre la tierra y el inframundo.
Para hacernos una idea de cómo los griegos imaginaban el cosmos, este era como una
gran esfera en forma de huevo en la que la mitad superior albergaba a los hombres y a los
dioses y la mitad inferior correspondía al Tártaro. El radio que dividía la esfera era la línea
de la tierra plana.
El Tártaro era como el sótano del Hades.
Mientras que éste último se situaba más allá del
océano, donde se perdía el horizonte y en los confines de la Tierra, el Tártaro estaba por
debajo de él. Allí iban a parar los peores criminales, los que habían infringido las leyes de
los hombres y de los dioses. Su destino: sufrir crueles tormentos eternamente. No en
vano el Tártaro era conocido como la mazmorra de los condenados.
Algunos de los que allí moraban eran personajes conocidos de la mitología griega.
Hablemos de algunos de ellos:

– Radamanto, gobernante de la isla de Creta y que destacó en vida por su integridad,
honestidad e imparcialidad. Por ello, fue elegido para ocupar el papel de juez en el
Tártaro. Su misión consistía en asignar a cada alma el justo veredicto y el
correspondiente castigo.

– Tisífone, una de las Furias que era la encargada de vigilar las puertas del Tártaro.

– Los gigantes Oto y Efialtes, que desafiaron a los dioses.

– Salmoneo, quien tuvo la osadía de compararse con el propio Zeus.

– Ticio, que intentó asaltar a la diosa Leto, madre del dios Apolo. Fue arrojado al Tártaro
y condenado a que dos buitres se alimentaran de su hígado eternamente.

– Ixión, que a pesar de lograr el perdón de Zeus por asesinar a su propio suegro, abusó de
la buena fe del dios e intentó seducir a su esposa Hera, por lo que fue condenado a girar
atado a una rueda por toda la eternidad.

– Pirítoo, que tuvo la mala suerte de bajar con su amigo Teseo en busca de Perséfone y
quedó atrapado allí mientras que sólo Teseo pudo ser liberado por Hércules.

– Sísifo, condenado a empujar una gran roca colina arriba una y otra vez. De hecho, los
griegos creían que Sísifo era el disco solar, que día tras día asomaba sobre el horizonte,
subía y luego bajaba hasta enconderse tras él.

Y no olvidemos a los Titanes que fueron arrojados al Tártaro por Zeus por haberse
rebelado contra él en la batalla conocida como Titanomaquia.
Lo Hecantonquiros eran habitantes por derecho propio en el Tártaro. Los griegos los
representaban como tres gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas cada uno. Eran
dioses de las tormentas y los huracanes que ellos mismos desencadenaban en el Tártaro.Los Cíclopes eran sus hermanos y los encargados de fabricar los rayos y los truenos para
el dios del Olimpo, Zeus.
El Tártaro engendró junto con Gaia a Tifón, su única descendencia. La apariencia de la
criatura era tan espantosa que cuando los dioses lo vieron huyeron aterrorizados. Tifón
poseía cien cabezas que llegaban a tocar el mismo cielo. De sus ojos salía veneno y por su
boca expulsaba lava ardiente.
Tifón llegó a enfrentarse al mismo Zeus en una terrible batalla. Pero el dios del Olimpo
logró arrojarlo a la boca del monte Etna donde permanece hasta nuestros días,
desprendiendo lava y fuego por su cráter.
Por su parte, Zeus perdonó la vida a Equidna, su compañera y a sus hijos Cerbero,
Quimera, Ladón, Esfinge, el León de Nemea y la Hidra, para que los futuros dioses
tuvieran retos a los que enfrentarse y así probar su fuerza y valentía.

viernes, 23 de octubre de 2015

Medusa


Todos conocemos muy bien quien es Medusa de los mitos griegos, pero pocos conocen acerca de la tragedia de este ser, quien sin ninguna culpa y sin ninguna maldad en el corazón se convirtió en el monstruo más terrible, guardiana por excelencia, asesina de miles y venerada por guerreros así como por conquistadores por tener el envidiado poder de extinguir la vida de sus enemigos solo con la mirada, su único pecado fue ser hermosa.

Al principio en la antigua Grecia uno de los cultos existentes era la adoración a la diosa Atenea, su lugar estaba en la Acrópolis de Atenas en el Partenón, sus sacerdotisas al igual que la diosa habían hecho un voto de castidad pues Atenea Protectora de Atenas era una Virgen Guerrera a la cual los actos carnales no existían en su mundo al igual que cualquier deseo masculino.

Una de estas sacerdotisas era Medusa la cual como sus hermanas de culto dedicaba todas sus energías en venerar a esta deidad, sin embargo Medusa no era como las demás, pues su belleza había anidado en el corazón de todos quienes posaban sus ojos en ella, mujer de unos ojos preciosos, unos labios como pétalos de flor aun manteniendo su rocío y una larga cabellera que se mecía al paso de sus caderas; una vista fulminante para cualquier mortal o inmortal, por este motivo se cuenta que todos los hombres en Grecia querían poseerla y las mujeres la envidiaban por esto.

Medusa, una mujer de belleza prohibida la cual nunca debía conocer encuentro carnal alguno ni buscaba tener nada con nadie no pudo evitar la trágica suerte que la marcaría de por vida, uno de los inmortales más poderosos no podía dejar que las mortales reglas de ningún culto se interpongan en sus propios deseos.


Una de las deidades más poderosas, más masculinas, más prominentes que con un gesto de enfado podía tener devastadores efectos en los mortales había puesto sus ojos en Medusa, este dios fue Poseidón. Es así que en un momento de lujuria ingresa en el templo de Atenas llegando hasta Medusa y la viola sin contemplación alguna, omnipotente como era no le intereso cometer un crimen, ni estar manchando el templo y estar cometiendo un acto sacrílego contra la diosa Atena, solo le intereso calmar su deseo egoísta.


Medusa esta fuera de sí en un momento le han cambiado la vida para siempre, con su espíritu destrozado y al haber sido violada es consiente que las tradiciones dictan que ya no puede optar por tener un matrimonio normal con ningún griego, ni tampoco poder servir en ningún templo por no ser virgen. Sin embargo sobre ella dicta un pecado mayor que solo la mancha a ella por ser mortal y no se le permite hacer ningún tipo de rito de purificación ya que al haber tenido relaciones en el templo de Atenea lo había profanado cometiendo un insulto sin haberlo querido hacer a la misma diosa.


Atenea se pone furiosa por este insulto pero no contra Poseidón quien era un dios de gran poder y cosas como esta era de esperarse de él, en un mundo masculino donde Atenea se desenvolvía, la manera de pensar de esta diosa favorecía a los seres masculinos, así que su ira se vuelca contra Medusa culpándola totalmente por este acto infame en su templo sagrado y según Atenea es quien recibirá de pago un nefasto castigo que acabara con su vida como se le conocía.


La hermosa Medusa comienza a cambiar a algo parecido a una bestia, su hermosa piel empieza a agrietarse, secarse y pegarse al hueso de una forma dolorosa que a pesar de que lucha y se araña el rostro, el dolor no parece acabarse, muestra luego unos filosos dientes, su bella cabellera se mueve, se junta y forma gruesos bucles hasta volverse serpientes venenosas de muchas cabezas con colmillos, pero tal vez lo más horrible o “gorgóneo” de su maldición es su mirada pues su horrible apariencia convertirá a cualquiera que la mire en piedra y esto la alejara de cualquier sociedad humana para siempre.


Es así que la mujer más bella de su tiempo, quien nunca había cometido daño alguno fue violentada, culpada por este crimen, juzgada y castigada sin justicia, nunca jamás volvería a interactuar con nadie y vivirá en soledad por el resto de su existencia, desterrada a una isla desolada. Es así que los griegos comienzan a llamarla “Gorgona” que significaba terrible, feroz, maligna; para los griegos la Gorgona es la representación física de la muerte.


Sin embargo este es solo el comienzo de su terrible castigo, pues su feroz apariencia así como su temible poder la convierten en un trofeo de caza, miles de guerreros en años posteriores queriendo ser reconocidos parten en búsqueda de “Medusa la Gorgona”, mas solo encontraran la muerte en su isla decorándola con su cuerpo a modo de estatua por el resto de la eternidad.


Así es como siguió pasando el tiempo, la palabra Medusa significaba “guardián” o “protector” y años después de los mitos era común ser incluida para adornar las armaduras o escudos de los guerreros, incluso Alejando Magno tenía la cabeza de medusa trabajada en su armadura en el pecho, también era usada para ponerlas en las puertas de los hornos para alejar a los niños o en lugares donde no se quería que nadie estuviera husmeando como diciendo “peligro”.

Siguiendo con el mito, con el paso del tiempo un gran héroe semi-dios llamado Perseo, puso fin a su triste existencia cortando su cabeza para usarla como arma en posteriores y grandiosas hazañas. Es así como termina la vida de Medusa la Gorgona, una mujer que cargo un gran peso, juzgada arbitrariamente por un crimen del cual fue víctima, inocencia perdida que desencadeno en la peor criatura mortífera conocida hasta entonces, pero incluso después de su muerte daría que hablar, de su herida cercenada sangrante emergió Pegaso y el gigante Crisaor descendientes de Medusa y Poseidón que no nacieron hasta que terminara su existencia,  el poder que le otorgo la maldición también era grande, pues de gotas de su sangre que cayeron sobre la arena del Sahara mientras Perseo volaba en sus sandalias aladas nacieron infinidad de serpientes, las que cayeron al mar se juntaron con las algas y se convirtieron en los corales del mar rojo y aun después de muerta su cabeza mantenía el poder de seguir convirtiendo en piedra a quien la mirara.


Después cuando Perseo la hubo usado para sus propósitos le entrego la cabeza de Medusa a la diosa Atenea la cual la coloco en su escudo e incluso se menciona que su sangre tenia propiedades impresionantes, la que manaba del lado izquierdo del cuello era un poderoso veneno y la del lado derecho podía resucitar a los muertos.

Otras versiones posteriores la colocan como una de tres hermanas pero es una tendencia que siguen las historias para formar una trinidad que afianza su poderío, también en la época renacentista la evocan con una imagen de femineidad, mas sensual físicamente,  sin embargo la que le brindamos es la versión más antigua de su mito.